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EFDE Podcast – Episodio #1 – Presentación de El Faro del Emprendedor

Todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos

Walt Disney

Juan Pablo y Luis Luporini te presentamos el podcast de El Faro del Emprendedor, en donde te ayudaremos a emprender para crear tu negocio y hacerlo crecer, mejorar su rentabilidad y resolver problemas reales sin necesitar ser un experto en ventas, marketing o finanzas.

También compartiremos contigo éxitos, fracasos, experiencias y lecciones aprendidas, tanto personales como de otros emprendedores.

En este episodio, te contamos sobre los objetivos y las temáticas del podcast y sin más, realizamos una recorrida por nuestras vidas, nuestra formación e incursión en el mundo profesional, y nuestro acercamiento al emprendimiento y los negocios desde hace casi 20 años.

Algunos puntos sobre los que conversamos:

  • Donde nacimos y donde vivimos actualmente
  • Nuestros estudios en el colegio y nuestra formación académica
  • El comienzo en el ámbito profesional y la llegada a las empresas más grandes del país
  • Los motivaciones y las dificultades para emprender
  • El primer paso hacia algo propio. Nuestro primer emprendimiento

Accedé a la transcripción completa del audio:

Juan: El Faro del Emprendedor Episodio 1.

Hola, soy Juan Pablo Luporini. Bienvenido a El Faro del Emprendedor, el podcast semanal en el que te ayudaremos a emprender para crear tu negocio y hacerlo crecer, mejorar su rentabilidad y resolver problemas reales, sin necesitar ser un experto en ventas, marketing o finanzas.

Luis: Y yo soy Luis Luporini. Compartiremos contigo éxitos, fracasos, experiencias y lecciones aprendidas; tanto personales como de otros emprendedores.

Antes de empezar, te cuento que podés encontrar el resumen de este episodio, con sus notas y puntos importantes, junto con información adicional y todo lo relacionado con este podcast en http://elfarodelemprendedor.com/.

Juan: Este episodio está auspiciado por TiendaPlex, la plataforma más simple y efectiva para comercializar tus productos en Internet y también en el celular de tus clientes. Si querés conocer más, podés visitar http://tiendaplex.com/.

Esta semana, siendo el primer episodio del podcast, vamos a aprovechar para presentar el objetivo del podcast, el contenido que queremos que tenga y para presentarnos nosotros.

Luis: Perfecto Juan, ¿querés arrancar?. Adelante.

Juan: Bueno, arrancamos.

Soy Juan Pablo Luporini, tengo 44 años. Nací en la ciudad Buenos Aires. Vivo en la provincia Buenos Aires hoy en día, aproximadamente a 350 kilómetros de la capital del país, en una ciudad costera que se llama Pinamar.

Haciendo un poco de historia y repasando un poco cuáles fueron mis estudios y mi formación, hice el primario y secundario en un colegio de Buenos Aires, en donde luego de la primaria había una orientación de bachillerato comercial.

Creo que fue algo bastante positivo. Tenía por la parte de bachillerato una formación bastante amplia. No específicamente orientada a nada en concreto, pero por la parte comercial tenía un perfil contable bastante fuerte que, mirando en retrospectiva, creo que fue una de las cosas que después más aproveché en la vida laboral.

Cuando salí del colegio secundario, tenía bastante claro que quería dedicarme a la informática y a los servicios de tecnología. Por eso empecé la carrera en la universidad Buenos Aires, la licenciatura en análisis de sistemas que terminé unos años después; con algunas interrupciones principalmente ocasionadas por el foco en la carrera laboral.

Tuve una primera etapa en la que me dediqué a hacer algunos emprendimientos (quizá ni siquiera deberían llamarse emprendimientos), a algunos esfuerzos de prestar servicios muy pequeños a comerciantes y conocidos. Pero todo eso lo fui dejando de lado con el tiempo y empecé a buscar algunas opciones de trabajo más en el ámbito corporativo. Y terminé después algunas experiencias empezando fuertemente en la rutina corporativa, para una de las dos empresas más importantes, en ese momento, de telecomunicaciones de Argentina, allá por el año 1997.

La verdad que fue una experiencia fabulosa porque, en ese momento, las compañías telefónicas eran las que tenían centros de cómputos y redes informáticas más importantes.  Bueno, con la carrera que yo venía haciendo era el lugar perfecto para desarrollarme un poco profesionalmente. Fue una etapa en la que aprendí mucho.

Para tener una noción de la dimensión aproximada del contexto en el que estaba trabajando, por aquel entonces, la empresa tenía una planta de personal efectivo en sistemas de unas 400 personas y unas 800 personas contratadas. Eso es mucho para un área informática. Muchas veces es mucho para una empresa y cuando uno piensa sólo para el aŕea de informática, es muy significativo.

Me tocó tratar con muchos proveedores y con muchas consultoras. Con el paso del tiempo, me empecé a dar cuenta que me surgía la inquietud de pensar si yo también no podía eventualmente estar del otro lado y tener mi propio emprendimiento como proveedor de soluciones informáticas. Eso fue creciendo en mi cabeza.

Ahora Luis va a hablar un poco del tema seguramente, pero por el año 2003 muy rápidamente hicimos un primer armado de una estructura de servicios muy pequeña, buscando algunos clientes y yo en el 2004, terminé de desvincularme de la compañía de telecomunicaciones y dedicarme a tiempo completo a nuestro emprendimiento.

El comienzo fue un poco caótico. Desde el punto de vista de que el cambio de modelo, de pasar a trabajar en una empresa grande en relación de dependencia, donde uno sabe que llega el final del mes y tiene un sueldo, a tener que ocuparse del proceso completo, de buscar los clientes, dar el servicio y preocuparse de cobrar en tiempos razonables, fue un cambio grande.

Creo que tardamos algo de tiempo en especializarnos, pero finalmente lo fuimos consiguiéndolo o fuimos mejorando en ese sentido. Y después de unos cuantos años de estar dando servicio y pasar por muchas experiencias, algunas con clientes grandes, otras con clientes más pequeños, mantuvimos la rama de servicios corporativos pero por allá por el 2012 empezamos a incursionar también en negocios adicionales, vinculados principalmente a la generación de productos.

Empezamos a conocer un ámbito que hasta el momento no veníamos tratando y que tratamos desde ese entonces de compatibilizar estos dos negocios separados, la prestación de servicios corporativos de informática, con el desarrollo de nuevos negocios y productos nuevos.

Un poco en ese contexto es que surge la inquietud para crear este podcast y poder compartir con los oyentes lo que fuimos aprendiendo: las experiencias, éxitos y fracasos.

Hubo claramente las dos cosas. Parece una frase hecha, pero normalmente se aprende bastante más de los fracasos que de los éxitos. Y bueno, nos pareció que había algo para contar, algo para compartir y acá estamos, con estas instrucciones.

Me gustaría que vos también cuentes un poco de tu historia.

Luis: Sí claro.

Bueno, me presento: mi nombre es Luis Luporini, soy hermano de Juan Pablo. Tengo 39 años. Nací en el año 1979. Actualmente vivo en Tandil, provincia de Buenos Aires, Argentina.

A pesar de haber nacido en la capital del país, la ciudad de Buenos Aires, hace unos años decidí mudarme hacia el interior de la provincia Buenos Aires, buscando, quizás, una vida un poco más alejada de una gran urbe.

Me gustaría repasar lo que fueron mis estudios y mi formación profesional. Yo tenía un poco el modelo a seguir de Juan que arrancó estudiando y aprendiendo todo relacionado con informática. Entonces era como una referencia, el hermano mayor a partir del cual uno proyecta el camino que puede llegar a recorrer cuando le toque pasar por esa etapa de la vida.

Durante el secundario también fui a un colegio bachiller, no comercial, pero con formación similar. Ya desde los últimos años del colegio primario, acá en Argentina el colegio primario son 7 años, diría que a partir de ese punto me empecé a interiorizar fuertemente. Allá por el año 1986/1987 empecé a leer mis primeros libros de la informática, de introducción a la programación.

A medida que iba pasando el tiempo me interiorizaba, leía más, me gustaba cada vez más, pensaba en la idea de cuando tuviera la oportunidad, trabajar y dedicarme profesionalmente por un lado a lo que fuera informática y por otro lado a seguir estudios y formación relacionados con eso luego de salir del secundario.

Seguí aprendiendo, capacitándome, haciendo, para mi corta edad, cosas no tan comunes como los chicos de 8 a 15 años. Tuve mi primer contacto con internet cuando estaba recién en unas pocas casas en la Argentina a comienzos de los 90.

En ese momento las conexiones eran telefónicas, de dial-up, muy lentas, muy malas y muy ineficientes. Pero bueno, era en ese momento la tecnología predominante y era lo que permitía acceder a la red de redes.

Con el correr de los años me fui interiorizando más en lo todo lo que era la formación técnica. Tanto en la programación, el desarrollo de software, como en lo relacionado con los equipos, con el hardware, con lo que se conoce en la jerga como “los fierros”.

Hasta que completé mis estudios secundarios y decidí continuar con una formación académica en la universidad de Buenos Aires, en la facultad de Ciencias Exactas. Es una alternativa al tipo de información que se brinda en la Facultad de Ingeniería de la misma universidad. Esta formación por la cual opté, es una formación más científica, desde el punto de vista de las ciencias de la informática y la computación.

Al mismo tiempo comencé, ni bien egresé del colegio secundario, por el año 1997 con mi primer trabajo profesional. Lo cual me aportó mucho conocimiento y mucho aprendizaje. Era un trabajo de 9 horas. Era como una pasantía laboral, pero remunerada y yo intentaba conjugar la dedicación al trabajo y, más siendo el primer trabajo, uno tiene toda la ganas de demostrar que puede cumplir con los compromisos, con las responsabilidades, con las obligaciones y al mismo tiempo seguir estudiando.

No fue nada fácil. Siendo que había optado por estudiar una carrera de formación científica,  eso demandaba una dedicación bastante exigente en cuanto a la cantidad de horas diarias. Podríamos decir que yo tenía que dedicar al menos unas cuatro a cinco horas diarias a cursar, a tomar las clases en la universidad, en el turno nocturno, porque previamente en el horario de 8 de la mañana a 17 horas, estaba en el trabajo. Con lo cual, los días comenzaban a las 7 de la mañana para mí, y terminaban a las 11 a 11.30 de la noche.

Ese ritmo lo pude sostener durante 2 a 3 años hasta se dieron dos situaciones que conjuntamente me exigieron tomar decisiones para poder seguir avanzando exitosamente, por lo menos con respecto a lo que yo pretendía lograr.

En el aspecto profesional, obtuve acceso a trabajar en una de las grandes compañías argentinas, una constructora, previo paso por una compañía española también con sede en Argentina. La demanda y la exigencia laboral hacían prácticamente imposible obtener un nivel de concentración prolongado en el tiempo y dedicación a los estudios. Con lo cual tuve que relegarlos y decidí profundizar en lo que era el ámbito laboral. Seguir capacitándome, en concreto, en aquellas cuestiones tecnológicas relacionadas con la informática que requería para el trabajo y además, me gustaba realmente mucho. Claramente yo sentía que era mi vocación. Eso me permitió ir creciendo e ir incorporando mucha experiencia. Creciendo en conocimientos técnicos y en experiencia laboral y profesional.

Finalmente llegamos al año 2001, donde en Argentina sabemos que hubo una gran crisis. Eso presentó desafíos y oportunidades en ese momento. Así como Juan comentaba antes que él había estado componiendo esa idea de plantearse si en algún punto podía convertirse en un profesional proveedor de servicios, o tener un emprendimiento propio que permitiera proveer servicios. Así como lo había visto estando del otro lado del mostrador  siendo empleado en una empresa grande, hablabamos y compartiamos sobre esos temas y era una inquietud que también se fue formando en mi cabeza.

Con el correr del tiempo, por el proceso mental que uno va desarrollando cada vez que tiene una idea, tiene una meta, una inquietud a futuro, esa idea se fue de a poquito madurando en mi cabeza y en el año 2001 tenía al menos la decisión tomada de emprender y de arriesgar.

Yo todavía era muy chico. No había formado una familia y no tenía grandes responsabilidades, en cuanto a que cualquier decisión que yo tomará nivel profesional o laboral, no iba a impactar a nadie más que a mí. Con lo cual, con la decisión tomada y  tratando de encontrar un modo de cumplir con lo que lo que había comprometido laboralmente, tomé la decisión de desvincularme de la empresa donde estaba trabajando y comenzar a preparar lo que iba a ser el modelo de emprendimiento propio donde, justamente y conjuntamente con Juan, finalmente en el año 2003 y posteriormente ya más formalmente en el año 2004, logramos comenzar.

Como comentaba Juan, fue un comienzo de una etapa muy difícil. Todo emprendimiento de cualquier característica, sea relacionado con la informática o en cualquier industria, cualquier sector, independientemente del tamaño que uno pretenda conseguir tener, siempre es muy difícil. Porque es pasar de hacer exclusivamente tu trabajo, con tu lista responsabilidades, en un horario que tiene un comienzo y un fin, a tener la responsabilidad de que todo funcione. Desde conseguir un cliente, dar una buena prestación, hasta, como decía Juan, lograr cobrar en tiempos razonables.

Fue un aprendizaje muy intensivo, muy acelerado, muy demandante. Pero sin dudas que volvería hacerlo. Si tuviera que volver el tiempo atrás, no cambiaría nada en ese sentido, en esa decisión o en ese conjunto de decisiones.

Creo que es un camino que una vez uno lo recorre, si puede lograr no bajar los brazos en los momentos difíciles, que claramente lo hubo y posiblemente en la vida los siga habiendo,  lo que viene después es muy satisfactorio en términos de retribución personal.

Mirando hacia atrás, creo que en ese sentido no cambiaría nada. Volvería a recorrer el mismo camino. Si uno conociera cómo evitar los errores sería óptimo no volver a cometerlos. Pero bueno, eso en general es lo que más enseña.

Juan: la verdad que me parece muy interesante el final de lo que decías.

Creo que hay dos puntos al respecto que siempre tengo bastante presentes. Uno es que en general en el proceso de educación, tanto se en el secundario o en la universidad, es bastante común que se ponga mucho foco sobre los aspectos técnicos de la carrera que uno eligió; sea medicina, abogacía, contabilidad, informática.

En general se profundiza bastante poco en cómo uno puede encarar la aplicación de esos conocimientos técnicos de distintos modos.

A mí por lo menos lo que me pasó es que cuando yo empecé a trabajar en una empresa grande, uno tenía un grupo, un equipo de trabajo donde había alguien a cargo que a uno le indicaba cuáles eran los pasos a seguir. Entonces en ese contexto uno desarrollada sus conocimientos. Por supuesto aprendiendo, pero los lineamientos venían de afuera. Alguien te indicaba lo que tenías que hacer.

Creo que cuando uno se pasa al ámbito emprendedor, esas directrices no están. Y en el proceso formativo tampoco las tuviste. Puede ser que haya una carrera donde esto no ocurra o algún lugar donde están ocurra pero, por los conocidos con los que he hablado el algo que veo como bastante común. Entonces creo que esa es una de las dificultades del proceso aprendizaje: empezar a entender sobre algunas cosas.

Por eso también cuando comentaba que en el secundario había tenido algunas nociones contables por el perfil comercial del bachillerato, años después, tomo la decisión de especializarme en informática y nunca pensé que la parte contable iba a ser una de las cosas que más iba a aprovechar, a raíz de querer emprender.

El otro punto que creo que también es algo para marcar, y yo también coincido con vos que volvería a recorrer el mismo camino: creo que te pone sobre la mesa, cuando emprendés, si tomás el riesgo, ventajas y desventajas. Eso no quiere decir que la suma sea cero, por eso digo que volvería elegir el camino, pero creo que hay que tener claro que están las dos cosas. A veces uno gana flexibilidad en algunas cuestiones y resulta que se termina aprovechando esa flexibilidad para trabajar mucho más que antes. No es que es menos esfuerzo, es otro tipo de esfuerzo. Es algo que tiene que ver mucho, me parece a mí, con la personalidad de cada uno y como uno quiere aproximarse a la obligación y la responsabilidad diaria. Es bueno saber e ir aprendiendo cuáles son los beneficios, las contras y los desafíos que uno va a encontrar en ese camino.

Luis: Sí, claramente.

En general, cuando uno tiene que, a mí por lo menos me ha pasado infinidad de veces, pensar o imaginar cómo sería la vida propia estando en los zapatos de otro, siendo ese otro aquella persona que uno quisiera, no sé si imitar, pero por lo menos valora la situación en la cual está, uno tiende a idealizar.

Darse cuenta de aquellas cosas que son las que uno ve como positivas, deseables, incluso como quizás modelo, no sé si a imitar pero, a ponerse en el sentido de, bueno: “quiero lograr lo que tal persona logró con tal emprendimiento, con tal objetivo o con tal hito que quiso cumplir”, pero en realidad eso tiene un montón de cosas que implican llegar hasta ese punto y que, en general, son las cosas que uno, consciente o inconscientemente, trata de obviar.

Es que como que uno idealiza los aspectos positivos, los resultados de todo el trayecto recorrido para llegar a esa instancia. Pero todo ese camino tuvo un montón de cosas difíciles, un montón de riesgos tomados que quizás, a la larga, resultaron en lo que uno ve como objetivo a perseguir o como logro resultante que uno quisiera imitar. Pero definitivamente uno bloquea eso, entonces te quedás con la foto de los resultados.

Por eso es importante transmitir esa idea. Las piedras en el camino siempre van a estar, la falta de confianza, las frustraciones y los miedos van a estar. Son parte de la naturaleza humana.

El aspecto, quizás, más relevante es entender que existen, que van a existir, y tratar de buscar el modo de aprender de ellos y sobreponerse a situaciones. Porque claramente de no ser así, quizás ese camino no sea el camino para esa persona.

Juan: Sí, coincidimos.

Yo creo que las presentaciones fueron bastante completas y me parece que con esto podemos dar un cierre al primer episodio y ya encontramos en el próximo, para empezar con el contenido más concreto del podcast y empezar a recorrer estas experiencias de las que hablábamos.

Luis: Estamos de acuerdo entonces, hasta las próxima semana. Esperamos encontrarte nuevamente y esperamos que te haya gustado esta introducción. Tenemos mucho más contenido para compartir con vos.

Juan: Te agradecemos mucho por habernos acompañado y esperamos que te haya gustado este episodio. Valoramos si no dejás tus 5 estrellas en iTunes, tú me gusta en YouTube y en iVoox o que no sigas en Spotify. De modo ayudarás a hacer crecer este podcast.

Luis: Te recordamos que podés encontrar el resumen de este episodio y todo el material relacionado con el emprendimiento y los negocios en nuestro blog: http://elfarodelemprendedor.com/.

Podés dejarnos tu consulta o comentario, tanto en el blog, como en Twitter, Facebook o YouTube y con gusto nos contactaremos contigo.

Hasta la próxima semana!

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